Pedro Ovalle (23) nació en Pucón, pero se fue de Chile a los tres años rumbo a Austin, Texas: sus padres no querían educar a sus hijos en Santiago y en esos años el sur del país tenía menos opciones que actualmente.

Estudió ingeniería en la universidad de aquella ciudad -una de las mejores del mundo en esa especialidad- y tras graduarse en 2019, entró a un internship a Facebook, donde conoció a Mark Zuckerberg (uno de los fundadores de la red social) por una casualidad: parte de su equipo de Messenger rompió el servicio durante un día, por lo que fueron convocados a una reunión por Zoom no muy cómoda.

Contra todo pronóstico, la empresa no era lo que esperaba, y a los cuatro meses decidió ir a probar suerte a otras firmas de Silicon Valley, donde fue reclutado por la startup Stacked. Tras un año de experiencia en esa ciudad, optó por crear una firma de criptomonedas para Latinoamérica. La llamaría Arriba.

Lo habló con su jefe y mentor, Alex Lin, inversionista ángel de EEUU que ha pasado dos veces por YCombinator. Éste le enseñó a levantar recursos y lo contactó con algunos empresarios de capital de riesgo.

En mayo de 2021 tuvo sus primeras presentaciones, pero al principio solo escuchó “no” como respuesta. Hasta que llegó Daniel Gulati, ex director de Comcast Ventures, empresa de capital de riesgo que tiene en su portafolio las plataformas Slack y Vimeo. Él le dio el primer “sí”.

Después de eso empezó la racha: se sumaron otros inversionistas, entre ellos Framework Ventures, que ha puesto recursos en empresas con tecnología blockchain y Coinbase Ventures, de la primera empresa de comercio de criptomonedas que se hizo pública.

En julio de este año decidió volver a su país y vendió todo lo que tenía allá. “Lo hice por algo personal, conozco el acento y tengo familia acá. Pero mi razón principal es porque Chile es un país muy desarrollado, sobre todo en la clase media, que es un sector con gran interés en este mercado”, afirma el ingeniero. El plan es expandirse en la región. “Si hago una empresa en Estados Unidos tal vez soy la número 51 de este tipo, si hago una en Latinoamérica, estás solucionando un problema”, destaca.

UpOnly

Para Ovalle, todo partió el 2015, cuando siendo menor de edad, hizo una programación en línea para una empresa. Con su primer sueldo compró bitcoins. Entonces el valor de la criptomoneda bordeaba los US $300. Hoy supera los US$ 46 mil.

El interés en este mundo vino tras conocer la aplicación estadounidense Robinhood, una de sus inspiraciones para la fintech que ahora creó y que también tiene su propia moneda, eCLP, una stablecoin que inventaron en Arriba. Tal como otras plataformas, en esta, hay que descargar la aplicación, se pide un mail, selfie y foto del carnet de identidad. En tres minutos se crea un usuario.

El equipo lo componen ingenieros, todos ellos con experiencia en empresas de tecnología, como Globant, Facebook, Mercado Libre o Pedidos Ya. La novedad que promete, es que durante febrero comenzarán a ofrecer la opción para hacer staking, operación que en simple consiste en dejar bloqueadas en depósito las criptomonedas para recibir recompensas en tiempo acotado.

Esto, según Ovalle, es lo que los distingue de otras firmas que hay en la región, ya que es una función que no está en otras plataformas, y además “genera un cambio cultural: las criptomonedas dejan de verse como un casino para hacerse rico, se ven como una inversión porque en general se compra y vende en un periodo de largo plazo, cerca de dos años”. “Arriba tiene como objetivo que la cripto sea una inversión y no especulación”, aclara.

El nombre proviene de un chiste que se usa en esta comunidad, que dice que cripto solo va para arriba. De hecho hay un canal de YouTube que entrevista a empresarios de este rubro que se llama UpOnly.

Arriba House

Mientras esperaba el avión a Chile, escribió un tuit: “Mi último día en Estados Unidos. Un momento agridulce. Llegué aquí hace más de 15 años como inmigrante y me voy como un estadounidense orgulloso. Ahora volveré a Chile para construir una empresa cripto para América Latina”.

El posteo se hizo viral y al aterrizar tenía decenas de mensajes de emprendedores de la región, entre ellos Daniel Undurraga, fundador de Cornershop y el colombiano Andrés Bilbao, de Rappi.

Mientras relata su historia, confiesa: “Quiero ser el FTX de la región”. Hace unos meses The Economist publicó una nota que habla de los grandes fundadores de empresas de criptomonedas; Brian Amstrong, de Coinbase; Changpeng Zhao, de Binance; Sam Bankman-Fried, de FTX y Arthur Hayes, de Bit Mex.

Ovalle dice que de todos ellos, él se identifica con Sam, que con 29 años es el hombre más rico del mundo en criptomonedas, no precisamente por su fortuna, aclara, sino por la intensisdad de su trabajo. Mientras Bankman-Fried duerme en un saco de dormir en la oficina, el chileno armó su hogar en el piso superior de su trabajo.

“Así como los gringos crean sus startups en el garaje, yo lo hago desde mi basement”, afirma en spanglish mientras hace un tour por la casa, que él llama “Arriba House”. Por la intensisdad de su jornada, dice que solo sale de ahí para ir al gimnasio, donde está aprendiendo el arte marcial jiu-jitsu.

Funcionalidades

En la aplicación, que solo permite invertir a mayores de 18 años, se pueden comprar Bitcoin, Etherum y USDCoin, pero esperan agregar nuevas monedas en el corto plazo, y en el futuro funcionará también como wallet.

A diferencia de otras fintech de la industria, en Arriba hoy no se pueden retirar o depositar criptomonedas por temas de cumplimiento, aunque no es esto lo que buscan, no quieren ser un exchange “buscamos ser un wallet que agrega exchanges para así poder darle al usuario el mejor precio”, afirma Ovalle. El monto mínimo para invertir es de $1.000 y se pueden retirar las utilidades en peso chileno.

2022

Para este año, además de agregar funcionalidades a la aplicación, quieren estar operando en Chile y Colombia al 100%. Para eso, levantarán capital en Estados Unidos, donde busca recibir al menos US $10 millones. Espera con esto ampliarse a nuevos mercados, de personas que nunca han invertido en criptomonedas o que creen que el Bitcoin es muy volátil.

También, buscarán seguir invirtiendo en seguridad, algo que es fundamental para ellos, con el objetivo de evitar hackeos o fallas en el sistema.